Nuestro colegio

Nuestro propósito es formar personas integrales y críticas a través de una óptima calidad educacional, en un contexto y ambiente basado en los pilares valóricos del respeto, la libertad, solidaridad y la democracia.

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¡Feliz día del niño!

La infancia del Libertador Simón Bolívar no estuvo exenta de polémicas.
Criado por sus padres y educado por el maestro Andrés Bello, siempre demostró ser rebelde, crítico y poco dado a la educación formal y normalizadora. Simón Bolívar era travieso, inquieto y amante de la naturaleza. De esta forma Andrés Bello, luego de que muchos otros profesores dieran por perdido al alumno, decidió cambiar la forma de hacer clases con él, intentado la idea aristotélica de la mayéutica, es decir, a través de plantear preguntas en el estudiante que lo hagan replantearse su realidad, contexto y problemáticas. El poco tiempo que Andrés Bello estuvo con Simón Bolívar lo cambiaría para siempre, ya que la inquietud que dejó planta en el niño abriría un mundo de posibilidades y reflexiones, abriendo así la capacidad de asombro típica de la niñez, y que por toda una vida los adultos buscamos recobrarla a través de los métodos más inesperados, y en algunos casos, complejos. Es a través de esta invitación a la sorpresa y la reflexión que Bolívar llegó a hacerle una pregunta a la mujer indígena que lo cuidaba como si fuera su madre, y con quien creó lazos muy fuertes de apego y cuidado: ¿Por qué existen amos y esclavos? ¿Por qué no eres libre?
Estas preguntas abrirían el camino a lo que Simón Bolívar dedicaría su vida: liberar a los oprimidos y generar la consciencia crítica en todos los pueblos latinoamericanos, que por años sufrieron el yugo explotador de una corona imperialista. Simón Bolívar, por medio de esta capacidad de asombro y reflexión entregó su vida a sus ideales, demostrando así una verdadera solidaridad con el pueblo y las minorías víctimas de la opresión.
Simón Bolívar mantuvo durante toda su vida esta consciencia crítica, el cuestionamiento a la realidad y contexto, la no aceptación de lo establecido y declarado como verdad y la solidaridad propia de aquél que tiene un alma pura, camina de frente con la verdad y no ha perdido la capacidad de asombro, es decir, como un niño dispuesto a descubrir y conquistar el mundo desde las más bondadosas intenciones.
Es por eso que en su día queremos saludarlos y llamarlos a valorar este don que les otorga la niñez y que ayuda a los hombres a ser grandes, como también, llamar a toda la comunidad a jamás perder a su niño interior y ver la vida con alma de infante.